Buenas, antes de que acabe el día, vengo a dejaros esta curiosidad sobre las letras mayúsculas y minúsculas.
En la escritura latina, las letras del alfabeto pueden presentarse en dos formas distintas: minúsculas y mayúsculas, una distinción ausente en otros sistemas de escritura como el hebreo o el árabe. Las mayúsculas se diferencian de las minúsculas en tamaño y a veces en diseño. Aunque las minúsculas son más comunes hoy en día, las mayúsculas tienen una historia más antigua, ya que existían antes que las minúsculas.
Originalmente, los romanos empleaban varios estilos de letras capitales o mayúsculas. Estos incluían las «capitales elegantes» o «cuadradas», adaptadas para la escritura a mano basada en inscripciones monumentales, reservadas para textos lujosos. También estaban las «capitales clásicas» o «rústicas», más redondeadas y fáciles de escribir, usadas en libros, y las «capitales cursivas», diseñadas para escritura rápida en documentos cotidianos como inventarios, contratos y cartas. Las letras de los primeros dos modelos tenían una altura regular, trazadas entre dos líneas de referencia.
(Mayúsculas) Capitales elegantes o cuadradas
(Mayúsculas) Capitales clásicas o rústicas
(Mayúsculas) Capital cursiva
La minúscula cursiva surgió alrededor del siglo II d.C., siendo considerada por algunos como una evolución natural de la mayúscula cursiva ya establecida en el siglo IV d.C. En esta forma de escritura, las letras adoptan trazos ascendentes y descendentes, lo que permite la conexión entre ellas, aumentando la rapidez y comodidad al escribir al eliminar la necesidad de pausas entre grafemas. Conserva la forma clásica de muchas letras mayúsculas y, para algunas como a, b, d, h, p, introduce formas similares a las de la capital cursiva, anticipando así las minúsculas que conocemos hoy.
Minúscula cursiva
Posteriormente, surgió la letra uncial, coexistiendo con la minúscula cursiva. Esta letra, utilizada desde el siglo IV d.C. hasta el VIII d.C., era principalmente mayúscula y se empleaba en contextos como la escritura de libros, para propósitos lujosos y litúrgicos. Sus formas eran redondeadas, pero carecían de trazos extendidos por encima o por debajo de la línea de escritura, manteniendo la referencia de dos líneas propia de las capitales clásicas. En definitiva, es una mezcla entre mayúscula y cursiva.
Letra uncial
A partir del final del siglo V d.C., se adoptó la letra semiuncial, un tipo de letra mixto que se aproximaba más a la minúscula cursiva pero aún conservaba algunos trazos propios de la uncial. Esta escritura consolidó el uso de cuatro líneas de referencia, con trazos ascendentes o descendentes en varias de sus letras, marcando así una evolución en la escritura hacia formas más conectadas y fluidas. Estas son muy semejantes a las unciales, pero con un mayor uso de la mayúscula.
Letra semiuncial
A pesar de la coexistencia de diferentes estilos de escritura, cada documento solía presentar un único tipo de letra, determinado por factores como su función, el tipo de lenguaje utilizado y su destinatario. Hacia el siglo VII d.C., surgieron las llamadas escrituras nacionales, desarrolladas en monasterios donde los clérigos adaptaron la minúscula cursiva romana a diferentes regiones de la Romania, dando lugar a variedades como la insular, gótica, visigótica y merovingia.
El surgimiento de la minúscula carolina en los siglos VIII y IX d.C., durante el renacimiento carolingio, marcó un punto de inflexión. Aunque su adopción generalizada tardó algunos siglos en consolidarse, esta letra uniforme, redondeada y armónica propició la unificación de estilos y fomentó la producción de copias y el intercambio cultural. La minúscula carolina se mantuvo estable hasta la era de la imprenta, momento en el que su adopción como modelo tipográfico se facilitó aún más.

Minúscula carolina
Con la minúscula carolina se introdujo de manera sistemática el uso de letras de mayor tamaño y realce para resaltar nombres y la primera palabra de la oración, una práctica que se consolidó en el siglo XV gracias a los impresores humanistas italianos. Estos, en contraposición al estilo anguloso de la letra gótica, adoptaron un tipo de letra basado en la minúscula carolina y las letras capitales de las inscripciones romanas para los destacados.
El triunfo de la minúscula carolina y la combinación de dos conjuntos de letras diferentes condujeron al modelo tipográfico más común en la actualidad, donde la forma de las letras mayúsculas deriva de las capitales romanas monumentales. Esta evolución marcó un cambio significativo en la presentación y destacado del texto, influyendo en la tipografía hasta la era moderna.
En conclusión, la evolución de la escritura latina es un fascinante viaje a través de los siglos, marcado por la innovación, la adaptación y la búsqueda de eficiencia y belleza en la comunicación escrita. Desde las simples inscripciones romanas hasta los complejos manuscritos medievales y la tipografía moderna, cada etapa ha dejado su huella en la forma en que percibimos y utilizamos el lenguaje escrito. Este legado continúa influyendo en la tipografía y el diseño hasta nuestros días, recordándonos la importancia de entender y apreciar la historia de nuestra escritura.
Fuente:
Rae. “Origen De La Distinción Entre Minúsculas Y Mayúsculas | Ortografía De La Lengua Española.” «Ortografía De La Lengua Española (2010)»
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