Curiosidades: el arte en las hipérboles

 ¡Hola! hoy vengo a traeros un breve post sobre las hipérboles, o lo que es lo mismo, el arte en la exageración. En el ámbito de las lenguas, puede ser un recurso, pero en la vida cotidiana es un arte.




El arte de la exageración.

Cuando exageramos en una conversación, estamos utilizando un recurso que, en el mundo de las lenguas, se conoce como hipérbole. Vamos a echar un ojo a lo que nos dice Wikipedia y la RAE:


La hipérbole, según wikipedia: «en retórica, es un recurso estilístico literario que consiste en la exageración de cantidades, cualidades y características. Es utilizado con frecuencia en el ámbito literario, en el lenguaje coloquial y en propaganda comercial y política, además de textos y bromas humorísticas». Y según la Real Academia Española: «Figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata»; o también: «exageración de una circunstancia, relato o noticia».


Como dijo Salvador Dalí, «lo único de lo que el mundo no se cansará nunca es de exagerar».


Todos hemos utilizado en algún momento expresiones para exagerar y darle más importancia a las cosas, ya sea para bien, o para no tan bien. Las usamos de forma consciente o inconsciente en nuestro lenguaje cotidiano. También se usan en discursos más formales con el fin de enfatizar en la conferencia. 


Etimológicamente, «hipérbole», viene del griego «ὑπερβάλλειν» (hyperbállein) y significa «más allá», «pasar por encima» o «lanzar por encima».


Si nos fijamos en el significado etimológico, no queda muy alejado de su significado actual. «Exagerar» no deja de ser una forma de expresar un grado extremo en un punto superior. Algunos autores, la definen como «decir más de lo que se pretende decir de forma literal». En el uso de las hipérboles, la imaginación, la cultura y la creatividad lingüística juegan un papel fundamental. Aquí os dejo algunos ejemplos:


*Padres hablando de sus hijas que juegan en el parque:

1. —Mi hija esta contenta hoy. (Opción sin hipérbole)

2. —Mi hija lleva una sonrisa de oreja a oreja. (Opción con hipérbole)


*Una conversación entre amigos:

—¿Qué tal estás después de la ruptura?

1. —Muy mal, tío, sigo muy triste. (Sin hipérbole)

2. —Muy mal, tío, todavía me duele el alma. (Con hipérbole)


*Un anuncio en la televisión de servicios de internet:

1. —Con nuestra fibra navegarás con la mejor velocidad. (Sin hipérbole)

2. —Con nuestra fibra navegarás a la velocidad de la luz. (Con hipérbole)


La única regla para utilizar las hipérboles es que sean entendibles. Para expresar la sensación de calor de forma exagerada, conviene recurrir a cosas que se derriten o que presentan altas temperaturas; como «el infierno», por ejemplo; otras cosas como «el cielo», no terminarían de funcionar («hace un calor celestial», no funciona igual que «un calor infernal»), de esto se encarga la semántica. Las hipérboles, son también un auténtico desafío para los traductores y esto se debe a que no todas las lenguas estructuran las ideas de la misma forma, ni las mismas ideas evocan los mismos pensamientos o emociones. En español la forma exagerada de decir que se quiere mucho es «te quiero un montón», o «te quiero un taco»; en inglés, esta misma expresión se forma con el término «bad», «I love you so bad», que de forma literal se traduce como «te quiero muy mal»; en italiano, sin embargo, se usa una idea opuesta al inglés, «ti amo benissimo», que de forma literal significa «te quiero muy bien». Por lo tanto, el traductor tiene la necesidad de conocer la forma de evocar los mismos significados usando las ideas que mejor funcionen en los diferentes idiomas.


¡Espero que os haya gustado este breve post sobre las hipérboles!


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